sábado, 7 de junio de 2008

Esas viejas palabras...

Nadie de nosotros recuerda la sensación que debimos de haber sentido al aprender a hablar, eramos muy pequeños para recordarlo. Trato de imaginarla, el delicado proceso de asignarle un sonido específico a un entendimiento o realización interna acerca del nuevo mundo que nos rodea, si nos ponemos a pensar es un momento trascendente en nuestras vidas y además es de las habilidades mas fundamentales que aprendemos para sobrevivir, introducirnos en el mundo, para poder entenderlo, y asi, cuando ya tenemos conciencia el poder hablar ya es automático, es como respirar, y las ideas comienzan a brotar, pero he aqui la paradoja, el dejar salir desperdigadamente las ideas en palabras por el no habernos hecho conscientes de nuestra capacidad de expersar en sonido hacia el mundo, hacia otros, nuestros pensamientos.
Al quedarme callado me escucho, y no hay voz, pero estoy hablando, me expreso rápido y simultaneamente, monumentales esquemas mentales se levantan en segundos y se destruyen igual para crear otros mejores, todo esto casi sin darme cuenta; dándome levemente cuenta en casi todo el tiempo. Y que hay de la telepatía, es posible? me gustaría que si, poder expresarse saltándose las palabras que alinean en oraciones lineales cuadros mentales multidimensionales, saltándose los idiomas.
Pero no quiero echarle tanta tierra a las palabras, al final, son las que me permiten poder escribir mis ideas en este fragmento no lineal, son precursoras primarias de la dinámica en el asunto en que estamos, en vivir, son las que me permiten acercarme a otros y alejarme tambien.

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